Taty Almeida y Nair Amuedo son dos mujeres que no se conocían, sin embargo se unieron en el camino del trabajo por recuperar con vida a sus hijos. Ellas son miembros de Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora.
El rol de las Madres y de las Abuelas, como también de todos los organismos de Derechos Humanos ha sido fundamental para la búsqueda de pruebas e indicios del paradero de sus familiares. También gracias a su perseverancia y continuo trabajo para el esclarecimiento de esas causas fue posible la realización de los juicios por delitos de lesa humanidad.
Sin embargo, la lucha no queda sólo allí. Junto al pedido de justicia, estas organizaciones rememoraron y pusieron en práctica las luchas y reivindicaciones de sus hijos, hermanos o amigos desaparecidos. De esta manera, han participado en procesos de transformación social promoviendo y ampliando la defensa de los derechos de la ciudadanía. Así, han cooperado con otras organizaciones locales y en el mundo persiguiendo la democratización de los medios, la distribución de la riqueza, la lucha contra la discriminación, entre otros.
«Nosotras no somos heroicas y ahora sabemos que no estamos solas, que hay conciencia en la gente. El pañuelo blanco ha dado la vuelta al mundo. Y hemos conseguido muchas cosas: que se los juzgara, que algunos estén presos por el robo de bebés, cobrar el resarcimiento que ordenó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, y en 1995 algo importantísimo, la ley que reconoce la ausencia por desaparición forzada que es el reconocimiento del Estado al terrorismo que aplicó».(Periódico de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora).